El trabajo remoto llegó para quedarse. Según un reciente estudio de Boston Consulting Group esta modalidad de trabajo puede incrementar la productividad entre un 15% y 40%; además de reducir el ausentismo laboral en un 40%. También, disminuir los costos de más del 20% en bienes inmuebles.
"El COVID-19 ha mostrado lo que las organizaciones pueden lograr. Cuando comenzó la pandemia, muchas empresas lograron en pocos días que más del 90% de su personal adoptara el teletrabajo. Ahora que se están flexibilizando las medidas para enfrentar el coronavirus, las organizaciones deben comenzar a planificar de cara al futuro sistemas que combinen el trabajo presencial y remoto para sus empleados", indicó Marcial González, Managing Director & Partner de BCG.
La reciente encuesta también reveló que la mayoría de las organizaciones creen que su fuerza laboral futura será más remota que nunca. En general, las compañías esperan que aproximadamente el 40% de sus empleados utilicen un modelo de teletrabajo en el futuro, mientras que un 37% de las empresas cree que más del 25% de ellos trabajarán con un modelo híbrido que combinará trabajo remoto y presencial.
"Sin lugar a duda, estamos viviendo un cambio de cultura empresarial frente a la relación empresa - colaborador, razón por la cual, se ha hecho necesario promover y establecer estrategias para que cada uno asuma con responsabilidad las nuevas pautas que conllevan a generar desafíos y retos laborales. Esto exige un compromiso de doble vía, donde es prioridad concentrarse en incrementar los indicadores para obtener resultados más eficientes tanto para la compañía como para el desarrollo del capital humano", sostuvo González.
Por ello, según BCG, los líderes deben prestar atención a las necesidades centrales en seis áreas para garantizar la efectividad del trabajo remoto:
1. Rutinas, herramientas y desarrollo de capacidades: identificar y comprender cómo y por qué ciertas herramientas que se están utilizando permitirá a los equipos abordar los problemas.
2. Ciberseguridad y seguridad de datos internos: esta necesidad crecerá a medida que más empleados trabajen en un entorno híbrido, los entornos impredecibles aumentan el riesgo de ataques de seguridad. Solo el 30% de la ciberseguridad es tecnología, el otro 70% depende de la cultura, el comportamiento y la conciencia de los trabajadores.
3. Coaching y desarrollo: los líderes deben asegurarse de dedicar la misma atención tanto a los empleados en el lugar de trabajo como a los remotos.
4. Productividad y gestión del rendimiento: medir efectivamente la productividad y el rendimiento de los trabajadores garantizará que estos sean evaluados y recompensados de manera comparable.
5. Liderazgo y cultura: la cultura positiva debe ser sostenida. Las empresas deben tratar el cambio como una oportunidad para eliminar aspectos negativos.
6. Reclutamiento e incorporación: la fuerza laboral del mañana es tan importante como la de hoy. Los líderes deben asegurarse de que las mejores prácticas se compartan en toda la organización para permitir un enfoque estandarizado y claro en el futuro.